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lunes, 30 de abril de 2012

Recuperando a memoria masónica Galega, II: JOSÉ ANTONIO PAZ MARTÍNEZ


Estimados lectores, gracias a nuestro Querido Hermano, continuamos con el rescate de la memoria masónica de galicia. Espero que esta segunda entrada sea tan vuestro agrado como la precedente.

RECUPERANDO A MEMORIA MASÓNICA GALEGA, II: JOSÉ ANTONIO PAZ MARTÍNEZ
      
    Continuando os traballos de recuperación de textos elaborados por masóns galegos noutras épocas, preséntase agora a prancha Enseñanzas masónicas, que trazou no seu día o V:.I:. José Antonio Paz Martínez.

Emblema logia Breogan
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José Antonio Paz Martínez nace una Coruña en 1904. Profesionalmente foi Segundo condestable da Armada. Foi iniciado o 15 de xuño de 1929 en Helenes nº 7 de Pontevedra, na que foi elevado a Mestre Masón o 19 de setembro de 1929; utilizaba o nome simbólico de Marconi. Pide a prancha de quite en 1930 e intégrase nese mesmo ano no Triángulo Solón nº 8 (Marín), cambiando o nome simbólico por Licurgo. En 1931 está en Lucus nº 5 (Lugo), en 1932 no Triángulo Atlántida nº 1 (Ferrol), do que será V:.M:. e, en 1933, é dos fundadores de Breogán nº 16 (Ferrol), da que tamén será Venerable Mestre. En decembro de 1934 será iniciado no grado 4º do REAA no SCRC Alberto de Lera (Xixón). 

Triangulo  Atlántida
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     Durante a Revolución de 1934 estivo preso en Ferrol, interesándose pola súa persoa Diego Martínez Barrio. No momento da sublevación militar de xullo de 1936 consegue someter aos mandos tanto nun barco en Ferrol como logo en Cartaxena. Nestes anos da Guerra Civil aparece mencionado nunha circular da Gran Loxa Rexional do Centro de España como un dos masóns que prestaban servizo e loitaban a favor do Goberno lexítimo, como dependente do Ministerio de Marina, “destino Sánchez Bercaiztegui”. En agosto de 1939 atopábase no campo de refuxiados de Argelès sur Mer 8 bis en Francia. Durante a IIª Guerra Mundial incorporouse aos maquis no sur de Francia, acadando o grao de coronel FFI [Forzas Francesas do Interior, a Resistencia] e perdendo unha perna en combate. En decembro de 1945 participou na fundación do Bloque Repubricán Nazonal Galego (BRNG), en Toulouse, como representante do PCE, sendo un dos seus conselleiros secretarios. O xulgado especial nº 1 do Tribunal de Represión da Masonería e o Comunismo instruiulle sumario en 1944, sendo condenado un anos despois a 16 anos de reclusión menor e accesorias, pero estaba exiliado. Moitos anos máis tarde presentou unha solicitude relacionada cos seus haberes pasivos.

     No "Cadro de Honor dos FFI españois condecorados polo Goberno Francés" figura como: "Coronel José Antonio Paz. Cabaleiro da Lexión de Honor. Cruz de Guerra con Palma. Medalla da Resistencia". 


ENSEÑANZAS MASÓNICAS

I

     A la puerta del Templo hay un silencio augusto de lo desconocido. La puerta, hermética, enlosa la luz que no trasciende a los ojos inquisitoriales del profano. ¿Qué será? Todas las ansias y todas las emociones convergen en esa pregunta, todos quieren descifrar el enigma en una sola hora, todos quieren satisfacer el hambre de su ignorancia y tienen gula de saber.

     Quien vió la luz el día de ayer quiere ser hoy maestro de maestros: pero la esfinge calla, su mirada es fría para el análisis intrascendente, no revela lo que no se busca, cada ambición, cada sentimiento, cada progresión es el ascenso metódico en las largas horas de trabajo mental.

     La venda profana que cae ante los piés del iniciado abre una senda desconocida, descubre el sendero de la perfección, un sendero de abrojos, espinas y sinsabores; camino escarpado, pero recto: los piés sangran y el cuerpo sufre físicamente los sinsabores de un pasar muy duro; pero el rayo de luz se va proyectando seguro, y compensa la fatiga de la senda.

     Toda la fuerza que halléis en esta vereda ha de emanar de vosotros mismos, la Masonería mostrará su faz inmutable por los tiempos, su frente de piedra no será velada por la arruga de la preocupación, ella es la esfinge que vió marchar a muchas generaciones y no causa sorpresa a su grandiosidad vuestro humilde esfuerzo; llegad y el triunfo será para vosotros mismos; vuestro arribo ha de engendrar el problema que vuestro mismo hermano habrá de resolver pasando sobre vosotros.

     Si eres Aprendiz, cógete de la mano de tu Maestro.
     Si eres Compañero, lleva la impedimenta de la jornada.
     Si eres Maestro piensa que tú lo darás todo y nada habrás de recibir.

     Todo el esfuerzo colectivo por la Humanidad que es la única que marcha a su meta preconcebida. Todos ayudamos, todos podemos ser útiles en esta gran marcha; pero nosotros somos caminantes calificados, podemos descubrir las veredas ocultas que acortan el camino,

     Por la evolución,
     Por la revolución,
     Por la perfección.

II

     Ante la puerta cerrada del Templo nos hemos enfrentado con el primer problema: ¿su apertura es la solución? No, no lo es. El Temp:. de la Franc:. es un simb:. mas:. que implica la apertura de otro Templo: el que se abriga en la mente individual.

     Si la luz es dada a vuestros ojos, si habéis visto los ornamentos y habéis recibido el abrigo de las col:. ¿qué habéis logrado? los que no abristeis vuestro pensamiento y vuestro corazón a las doctrinas, los que no os pusisteis bajo la influencia de vuestro ideal, abierta y resueltamente, lleváis en el alma el fraude de no comprendernos y es inútil que persistáis pidiendo lo que nunca podréis logar. ¡Qué importa que os abriésemos las puertas del misterio si es vuestra propia alma lo que es un arcano para nosotros!

     Nada damos a quien no pide y nada puede pedir quien no siente las inquietudes de su misión, los intereses de los otros hombres, la fé en el triunfo de la Humanidad toda.

     Quien es así, no puede decir que sea nuestro gesto de piedra; la esfinge es él que pretende comprender a los demás no habiendo empezado ni siquiera a buscarse a sí mismo.

     Tenemos entre nosotros muchos defraudados, tenemos bajo los auspicios de nuestro Ideal muchos desertores que solo prestan su concurso físico; su yo está ausente en la obra; cuando llegan las horas del dolor, huyen como cornejas, no quieren ayudarnos ni sienten la fé de los convencidos: solo así se puede trabajar. Esos aprendices Mas:. que abandonan las filas en las horas duras son escasamente aprendices de hombre, quieren codearse con la especie pujante y manifestada y cuando toca el clarín para consumar con el sacrificio la promesa prestada se produce la catástrofe donde queda derrumbada la personalidad; se quiso ser lo que no se podía: HOMBRE con todas las potencias y todas las esencias del hombre mismo y los ensayos de hombre son vencidos ante el anuncio del vendaval.

     Nosotros sentimos el abandono por los mismos que nos dejan, no por nosotros, porque la Or:. no fracasa jamás; está en los tiempos, está injertada al carro de fuego de la vida y donde haya pensamiento y evolución allí estamos los convencidos de nuestra misión; siempre fué igual y a nadie puede causar sorpresa. Nuestro ideario no está comprendido en el límite de los libros, no cabe en las palabras; por eso consta en la cábala de los signos y los símbolos. Por eso está en las marchas y en las palabras sagradas de los grados. De este modo no puede poner trabas a su significación la decidida ignorancia de los hombres. Dicho está, pues, con esto, que es menester interpretar y ver. Los que no vean ni interpreten están aún a la puerta del Temp:. y de nada sirve que los coloquemos en el umbral que jamás podrán traspasar.

     1ª llamada: “Conducidme de las tinieblas a la luz.
     Tu, hermano, que sabes llamar ya a nuestra puerta, entra y serás bien recibido. En la sala rectangular en que haces tu entrada nada de lo físico está oculto, tú lo ves todo como nosotros todos los vemos. A tu frente un modesto triángulo con el nombre en medio del infinito, con la simbolización del Absoluto. Sobre el ara todos los libros de los mejores hombres de la humanidad, el que escribieron los que quisieron superar su condición para acercarla a que se superase; uno en blanco. Si somos tan dichosos que contamos en ti otro SUPER HOMBRE, escríbelo tú mismo para todos y la Sociedad habrá de vivirte agradecida; si eres tan solo un hombre libre, escríbelo para tu vida misma con las normas sublimes que te facilitamos para guía de tu conciencia.

     Esta pieza que te cobija es el Universo mismo, toma los útiles del trabajo: sé moral, sé recto, sé caritativo, perdona las ofensas, sé firme, sé constante, ama a tus hermanos, mira como tales a todos los hombres. Mira a tu frente, contempla que en la Naturaleza todo evoluciona y camina sin cesar, todo ha sido creado, todo es y ha sido conservado, todo ha sido, es y será destruido. Aprovecha el tiempo, trata de ser Maestro de tus Maestros.

      Nada más te podemos decir, te desciframos los símbolos, te dimos las pautas heredadas de nuestros mayores, tú eres quien ha de caminar; si la luz se te oculta, cúlpate a ti mismo y resígnate al modesto sitial que te corresponda, trabaja desde él y todos habremos de agradecértelo.

     No pienses en vanidades que antes serás perseguido que loado por estar entre nosotros; no pienses en mandar, pues solo a la fuerza moral obedecemos; no pienses en medrar a nuestra costa, porque serás irremisiblemente descubierto; no pienses en holgar, porque serás irremisiblemente despedido. Estudia, trabaja, te pedimos eternamente el rendimiento de tu inteligencia y de tu labor, el precio de tu trabajo será otro trabajo; si te cansas peor para ti, porque tú mismo te habrás detenido en el camino de tu perfección.

     Nada más podemos decirte; pasa y siéntate. Si no ves la luz es que no la llevas en ti mismo; a ti te toca transformarte; a nosotros compadecerte.

     2ª llamada: “Conducidme desde lo ilusorio a lo real.
     Vienes de la vida pero la desconoces. Vienes del mundo profano donde las gentes en tropel tratan tan sólo de resolverse la vida física; pera ello fingen, mienten, roban, matan. Sobre las multitudes se elevan unos hombres que dicen que van a salvarlas y las lanzan unas contra otras como las hienas, mientras otros hombres devoran los restos como los buitres.

     Unos seres que viven muellemente viven allí entre los códigos que elaboraron sus abuelos para defender sus rapiñas. Desnudaron al pobre, arrancaron la tierra al campesino, cerraron sus fuentes, monopolizaron el oro que estaba en las entrañas de la tierra, uncieron a otros hombres a la rueda bárbara de un trabajo sin fin y sobre eso crearon un edificio espléndido que llamaron DERECHO.

     Hicieron unos íconos propicios a sus apetitos, ungieron unos sacerdotes impregnados en sus mismos vicios, formaron un Dios doblegado a sus regalías y formaron una RELIGIÓN.

     Dividieron la Humanidad a su capricho, viven en palacios sin importarles las cabañas míseras de los que no tienen, forjaron sus privilegios, arrebataron a los demás su jerarquía, partieron a los hombres en castas y crearon la SOCIEDAD.

     Eso es lo que traes, hermano, hasta nuestras puertas; pasa, siéntate y verás cómo nosotros hemos olvidado todo esto. Nada quitamos a los otros, nada te quitamos a ti; serás más que nosotros si nos enseñas; somos más que tú si ha de aprender de nosotros; pero nuestro derecho es el de hacerte a tí de mejor condición; nuestro deber es escuchar tus doctrinas si has llegado más allá de donde llegamos.

     Ese derecho, esa religión, esa sociedad son la bárbara labor de los siglos de error; nuestra paciencia ha de darnos lugar a que analicemos y con la labor constante de la hormiga hemos de minar los cimientos de lo que no tiene rezón de existir.

     3ª llamada: “Conducidme desde la muerte a la inmortalidad.
    Hombre, si nada produces y nada vales ¿quién se acordará de ti? Si tu vida no implica provecho a los otros hombres, si no dejaste allanado el camino de los que vendrán, cuando dejes de ser nada germinará de tí  que de nada dejaste la semilla. Tu paso hacia el misterio de lo desconocido será en las leyes de la Naturaleza la triste vulgaridad de todos los minutos; si nada dejaste entre los hombres digno de ser salvado, es como si nunca hubieras existido; no has sido de mejor condición que el pájaro que viste volar ante tus ojos, que la alimaña que se arrastra ante tus piés y acaso has sido menos; ellos cumplen su misión inconsciente, tú, consciente, has dejado deliberadamente de cumplir la tuya.

     Labora con nosotros, sé en el mundo profano lo que debas ser, destruye la injusticia, defiende a quien no puede defenderse y serás imperecedero ante los hombres.

III

     A la vista de los que trabajan entre nosotros, se ofrecen indistintamente tres sendas. Las tres son igualmente eficaces: pero no podemos negarnos a emprender ninguna de ellas. Debemos hacer que los humanos sigan una ruta y que nunca se detenga la colectividad en su camino hacia el progreso y el perfeccionamiento.

     Todas las rutas del porvenir deben ser sopesadas y discutidas en nuestro seno y su luz tamizada por el prisma mejor que los hombres tengan, con un fuerte contenido de amor y generosidad y lo mismo que las aficiones nos llevan a marchar hacia esta o la otra actividad de la vida profana, aquí debemos laborar según los exponentes de nuestro temperamento.

     Debemos y estamos obligados a forzar el progreso de la humanidad.

     Por la evolución
    Las doctrinas de los filósofos dedicados al estudio de nuestros problemas han marcado derroteros firmes. Muchos de los edificios elevados entre los hombres dedicados al triunfo del más feroz de los egoísmos deben caer; sus cimientos son fuertes, sus raíces duras; pero basta reconocer que son injustos para que seamos sus enemigos. La persistencia en la labor, la calificación de los medios ha de darnos el triunfo.

     En verdad que reconocemos que los hombres somos hermanos; pero el amor sistemático que consolida y autoriza la injusticia no es constructivo sino inmoral, porque amar y respetar el mal no es de justos. No pregonemos, pues, un amor que no libera a los oprimidos; debemos predicar cual es el mal y las razones para combatirlo y aniquilarlo. Un día la labor de proselitismo habrá alcanzado en la profundidad de los años y en la extensión de los hombres las raíces necesarias para la eterna prosperidad.

    Por la Revolución
  No puedo deciros: matarás, porque esto sería de asesinos. No quiero deciros: hurtarás, porque ello mancharía la pureza de vuestros sentimientos, pero tampoco harías nada útil viendo pasar la vida y mirando como ésta destruye la simiente de virtud y entroniza las pasiones más inmundas. A veces la acción de los hombres es menester para evitar el triunfo de la negación; ello nos evita volver atrás en los caminos ya realizados.

     Contra los tiranos que nada conceden a los demás, no queda más justicia que la de extirparlos, más valen estos sacrificios que ver como arrasan la siembra de las generaciones.

     Si eres soldado de esta fé, la Humanidad, que cuenta en ti un redentor más, espera generosamente lo que puedas darle. De este modo ella mismo logró fechas históricas que fueron jalones de luz para los oprimidos.

      Por la Perfección
     Si no hubiese hombres dispuestos a cobijarse en los repliegues de la ley, todos o casi todos seríamos dichosos porque habría triunfado la justicia. Uno solo de nosotros que alcanza la infinita bondad, es un rastro candente digno de ser imitado. El ejemplo es edificante y si tratas de ser perfecto lograrás el amor de todos y todos encontrarán ese amor en ti.

     En la lucha inacabable de los hombres por sus privilegios es un remanso consolador el hallazgo de un hombre bueno, alienta e invita a imitarle en lo posible, a veces sus acciones y sus palabras tienen un reflejo tal que alcanza a la ruta de muchos siglos. Si logras ser bueno entre los mejores también habrá logrado la sociedad de ti un excelente servicio.

     Y he aquí un pobre panorama de lo que es y lo que debe ser; cada cual que emprenda decidido su camino, que elija la senda que más sea de su agrado y convencimiento. Solo podemos decirle una cosa: “No te detengas”, y hacerle una advertencia leal: “Por la fé de nuestros postulados”. Así el triunfo es seguro y la gloria tendrá que caer sobre nosotros.
     
     José A. Paz.
     Grado 3º Ven:.M:. de la Resp:.Log:. Breogán, núm 16, Wall:. de Ferrol.

(Publicado no Boletín Oficial del Grande Oriente Español, segunda época, ano VII, nº 75, Madrid, outubro de 1933).

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